Por PUP- Tolima
Las
elecciones locales, como reflejo micro de la situación política del país han
exasperado las posiciones diferenciadas de dos grandes bloques con
características bien marcadas. Por un
lado, sectores y personajillos reductos de la parapolítica y de la corrupción
que quieren o aspiran repetir a cargos ejecutivos, despilfarrando enormes
cantidades de dinero provenientes, presuntamente, de condenados o vinculados a
investigaciones judiciales por relaciones con grupos
paramilitares, o de otros “limpiados” de manera repentina, que venían de procesos
ocasionados por manejos nada claros de dineros públicos. Todos, con orígenes de ultraderecha, manejan
cínicamente, el discurso de la “seguridad” y el progreso, como eje de sus programas.
Detrás, de estos personajes, se esconden negocios y saqueo de los bienes
naturales.
Por otro lado, entre los sectores
alternativos, se consolida una propuesta
encarnada en la candidatura de Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez para la alcaldía de Ibagué, inscrita con el aval
del Movimiento Alternativo Indígena y Social; apoyada por diferentes sectores
democráticos, organizaciones sociales y
la totalidad de agrupaciones de izquierda, dentro de ellos Poder
y Unidad Popular, PUP, centrando
el accionar político en la DEFENSA DEL TERRITORIO, la lucha contra el modelo
extractivista, la defensa, promoción y respaldo a la búsqueda de una salida
política del conflicto armado y el compromiso de elaboración colectiva de
planes de desarrollo regionales y locales para avanzar en la construcción de
paz sobre la base de colocar en primer plano la satisfacción de las necesidades
humanas. De igual manera, la lucha
contra toda forma de corrupción en el manejo de los entes territoriales y el rescate de lo público, que significa
revertir en lo posible procesos de privatización, priorizar la función social del
Estado, defender la salud, la educación y el agua, como un derecho,
fortaleciendo las instituciones estatales en estos sectores claves, así como
eliminar la tercerización laboral.
En este maremagnun de candidatos,
vallas, volantes, cuñas, mensajes de narcisos
y ególatras, los tolimenses e ibaguereños definirán entre dos propuestas
bien diferenciadas. El 25 de Octubre, el Tolima dirá si pudo más la esperanza, la
transparencia, la propuesta de paz y justicia social, el respeto a la dignidad
humana, la defensa de nuestro medio ambiente, o
si al contrario, el poder corruptor del dinero, las maquinarias aceitadas en desangre de dineros públicos, la
práctica tramposa y el engaño diseñado de la ultraderecha, logrará aplazar el
paso de la unidad alternativa para comenzar a construir y desarrollar anhelos
de justicia social y bienestar popular. El PUP Tolima cree en la capacidad de
discernir de nuestra gente. Creemos en
la esperanza colectiva e invitamos a hacerla realidad.
Ver también:
-Las elecciones en Colombia ¿una apuesta real por alcanzar el poder político?
-Elecciones 2015, entre la ausencia de identidad política y los discursos prestados
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